Ver en unos ojos otros que enloquecieron;
fingir frío y cansancio con malas artes de aún no mujer;
hablar a media voz velando párpado y palabra;
achicarse sin agua
a orillas del agua:
todo esto puede suceder
una noche
si aúllan las aves a lo lejos
y rompen furiosas
las olas
en la arena quieta.
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