miércoles, 25 de septiembre de 2013

Idolatrías



En una de mis habituales incursiones a Els Encants Vells, me hice con una antología de Garzanti del 42 titulada Poeti croati moderni. En el metro, abrí el libro al azar y leí un tristísimo poema llamado «Le due città», en que el poeta comparaba la ciudad de juguete de su infancia —construcciones que manipulaba a placer— con la ciudad de piedra en que entonces se encontraba. Su madre ha muerto; su padre y hermanos ya no le quieren. Su estado de desamparo es máximo:

solo sono rimasto / debole e solo

Y aún más:

gli uomini sono pesanti e di carne / e io sono debole

Si el poema era triste, más aún lo era la escueta nota biográfica que lo precedía. El poeta se llamaba Branko Stanojević. Vivió tan sólo del 1900 al 1921: murió con la edad que yo tengo. ¿Fue su vida tan desgraciada? ¿Qué puso fin a sus días: un tiro enemigo, un desengaño, el mero dolor de vivir? Querría saber más de él, porque la antología sólo incluye este poema, pero tengo miedo de enterarme de detalles de su vida que destruyan la imagen de poeta-héroe, de joven doliente, que me he hecho de él. Me da miedo ver una foto suya y descubrir que no era hermoso ni pálido.


[Barcelona, 16-2-2012]

No hay comentarios:

Publicar un comentario